-¡¿Dónde estás, tita?! ¡¡No te veo!!
-¡¡Aquí, cara a Sol!!
-¡¿Pero no estabas aquí, en Las Setas?!... ...¡¡No te escucho, se pierde!!
-¡¡Estoy aquí, en Las Setas, cara a Sol, ¿o es que crees que no sé orientarme y no sé por dónde cae Madrid!!
-Cuelga, tita, te encontré.
-¡Uy, Martina, qué bien, con tanta gente no creí que te vería!
-Deja, deja, que mañana los miles de Sevilla, para los amigos serán quinientos.
-Da lo mismo, hija, los que estamos aquí sabemos que no, lo contaremos a los vecinos, a la cajera del súper, a la familia, al frutero... y los que todavía andan cantando el Cara al sol, que se jodan.
-Dicen que en Madrid, cuarenta mil.
-Bueno, el 31 de diciembre nos enteraremos, cuando digan la gente que se comió allí las uvas ¡¡o podemos congelar la imagen de vídeo mañana y contar cabezas!!
-Estás loca, tita.
-¡De alegría, Martina, salir a la calle, recuperar la palabra! Ojalá las personas siempre sepamos que tenemos palabra y el derecho a decirla, que toda palabra es importante y que si la perdemos, estamos muy perdidos!
-Y hablar también es actuar, decir sí, decir no, también es construir. ¡Mira, tía Blasina, ahí está La Escribana Pendolista !
-¡¡Eh, eh, eh!! ¡Aligera, Martina, que la perdemos, que somos muchos, muchos, muchos! ¡¡Escribana!!
-¡Blasina! ¡Martina!
-¡Te has levantado de tus libros!
-¡Es que aquí también hay palabra, queridas, y muy importante!
-¡Blasina! ¡Martina!
-¡Te has levantado de tus libros!
-¡Es que aquí también hay palabra, queridas, y muy importante!
No hay comentarios:
Publicar un comentario