miércoles, 23 de mayo de 2012

MANIFESTACIÓN POR LA EDUCACIÓN PÚBLICA ¡OLÉ, OLÉ Y OLÉ!

   -¡Qué manifestación la de ayer, Martina, estoy arrengá!
   -Y que lo digas, tita. ¡Inmensa! Pásame un cojín, que tengo los pies fritos.
   -Toma este, que ya las lumbares me han encajado un poquito.
   -¿Cuántos kilómetros de manifestación anduvimos, tía Blasina?
   -No sé, hija, no me defiendo con el gugle ese para calcularlo.
   -Pues vamos a hacer memoria, a ver si contándolo, alguien nos lo dice. Empecemos. Quedamos en la Plaza de España con la Plataforma por la Escuela Pública, y por la calle San Fernando llegamos hasta Puerta Jerez.
   -Allí nos pusimos a la sombrita.
  -Y nos dimos cuenta que la manifestación de estudiantes universitarios discurría hacia Plaza Nueva.
  -Sí, discurrían, pensaban, reflexionaban...¡y pasaban, pasaban, pasaban!
   -¡Y nosotras media hora ahí mirando alucinadas!
   -Hasta que tomamos la decisión, Martina.
   -Y nos fuimos con ellos.
   -Pero me llamó la Escribana, que iba con su hija y que la marea de ellos ¡había tirado por la Ronda camino del Parlamento! Y rezamos a dios para que nos diera el don de la ubicuidad.
   -Pero como dios no nos respondió, seguimos a nuestra marea de estudiantes hasta Plaza Nueva.
   -Y ya allí ¡pues a las Setas!, que para eso están, para acoger a manifestantes estudiantiles, 15-M, sindicatos... un poco de justicia poética para tanto latrocinio arquitectónico-municipal.
   -Tita... que te pones romántica. Sigamos el discurrir. Sólo nos paramos un momento en Las Setas, porque todo el mundo se había enterado de la gran lengua que recorría la Ronda.
   -Y seguimos, ¡y qué maravilla cuando confluimos! ¡Y qué amable ese muchacho que me subió al techo de aquel coche para que tuviera perspectiva!
   -¡Y el bollo que le dejaste al dueño! Hoy estará que trina.
   -Hija, si es que cada día los fabrican de peor calidad...
   -Y a las once de la noche llegamos al Parlamento, y cantamos el No nos moveran
   -¡Y habíamos salido a las siete de la tarde! Por cierto, Martina, ¿dónde estaban el profesorado y las familias del alumnado del resto de la Escuela Pública? ¿No piensan que sus hijos quieran estudiar una carrera? ¿No les importa que vayan a estar en las clases como sardinas en lata?, ¿que supriman unidades, que desplacen profesorado? ¿Y a estos no les importa que les mengüen el sueldo? ¿No importa a todos que la educación pública es de todos? ¿Qué quieren, que la escuela pública sea como en mis años cincuenta!
   -Mucho me temo, Tía Blasina, que el profesorado y muchas familias de la escuela pública estén aún aquí,escucha,escucha... 
   -Pues como no salgan pronto ¡se los comen los tiburones! ¡¿Pero es que no tienen sangre en las venas, ojos en la cara para ver el futuro de Miseria educativa, económica y ética, que les espera a ellos y las escuelas públicas donde van a trabajar?! ¿O es que se han vuelto tan funcionarios como los que retrata Berlanga? ¿Es que van a dejar tranquilamente que el ministro Meeert y la Consejería se salgan con la suya?
   -Ahora que lo nombras..., mira este titular “El ministro Wert ofrece diálogo franco a los estudiantes”...
   -¡Diálogo Franco!, ¡pero si eso es lo que hacen hasta el momento, que parece que el 20N les dieron la Franquicia! A ver si aprende un poco de Historia de España este ministro de la uve doble ¡qué ya llevamos unas décadas de democracia! ¡Mira que querer recortar en Atención a la Diversidad, con la falta que les hace al ministro y a la Consejera de Educación!

A mi querida Elena J., que no pudo llegar hasta el Parlamento y yo se lo cuento, ¡ah, y abre los tres enlaces, no te olvides!.

domingo, 13 de mayo de 2012

¿EXISTE EL 15M? LA RESPUESTA, AQUÍ, A 12M

   -¡Tía Blasina, qué ojeras tienes! Creo que deberías haberte vuelto un poco antes de Las Setas.
   -Sí, también el kioskero de las chuches me ha preguntado por ellas. Como es tan cotilla, le he dicho que anoche estuve haciendo el amor con el 15M.
   -¡Tita, por dios, lo que hace falta para que cierta gente desacredite es que piensen que en las acampadas se montan orgías!
   -¡Qué va, Martina, se rio mucho! Lo que sí es que me preguntó con mucha sorpresa ¿pero el 15M existe todavía?
   -Y tú no desaprvechaste...
   -Por supuesto, hija. Le dije:
Uno, el 15M existe porque se ve a mucha gente en las manifestaciones.
Dos, el 15M existe porque en los barrios hay Asambleas de Barrio, cosa que también se ve con los ojos, porque en las pancartas firman, por ejemplo Cerro-Amate.
Tres, el 15M existe porque aparece en todos los medios de comunicación, y ya se sabe que todo lo que aparece en los medios de comunicación existe, aunque sea un elefante volador.
Cuatro, el 15M existe porque practica una técnica de existencia muy antigua: "Pienso, luego existo".
Quinto, el 15M existe porque conozco gente de carne y hueso que está en él, no son como los activos financieros.
Sexto, el 15M existe porque si dejara de existir las personas de buena memoria lo habrían resucitado.
Y sétima, el 15M existe porque queremos que exista, ea.
   -¿Y el señor de las chuches?
   -Me ha puesto cara de Rajoy y me ha metido diez pictolines en la bolsita en vez de la docena, y me ha cobrado igual que siempre...  
   
...pero yo, a cambio, le he regalado una fotito de ayer. Esa donde estamos tú, yo y La Escribana Pendolista  al fondo, bajo el gran árbol de la vida.

sábado, 12 de mayo de 2012

15M Cara a Sol vs. Cara al sol 20N

   -¡¿Dónde estás, tita?! ¡¡No te veo!!
   -¡¡Aquí, cara a Sol!!
   -¡¿Pero no estabas aquí, en Las Setas?!... ...¡¡No te escucho, se pierde!!
   -¡¡Estoy aquí, en Las Setas, cara a Sol, ¿o es que crees que no sé orientarme y no sé por dónde cae Madrid!! 
      -Cuelga, tita, te encontré.
   -¡Uy, Martina, qué bien, con tanta gente no creí que te vería!
   -Deja, deja, que mañana los miles de Sevilla, para los amigos serán quinientos.
   -Da lo mismo, hija, los que estamos aquí sabemos que no, lo contaremos a los vecinos, a la cajera del súper, a la familia, al frutero... y los que todavía andan cantando el Cara al sol, que se jodan.
   -Dicen que en Madrid, cuarenta mil.
   -Bueno, el 31 de diciembre nos enteraremos, cuando digan la gente que se comió allí las uvas ¡¡o podemos congelar la imagen de vídeo mañana y contar cabezas!!
   -Estás loca, tita.
   -¡De alegría, Martina, salir a la calle, recuperar la palabra! Ojalá las personas siempre sepamos que tenemos palabra y el derecho a decirla, que toda palabra es importante y que si la perdemos, estamos muy perdidos!
   -Y hablar también es actuar, decir sí, decir no, también es construir. ¡Mira, tía Blasina, ahí está La Escribana Pendolista !
   -¡¡Eh, eh, eh!! ¡Aligera, Martina, que la perdemos, que somos muchos, muchos, muchos! ¡¡Escribana!!
   -¡Blasina! ¡Martina!
   -¡Te has levantado de tus libros!
  -¡Es que aquí también hay palabra, queridas, y muy importante!

    
    

domingo, 6 de mayo de 2012

Impuestos, Rajoy y Guzmán el Bueno

   -¿De qué te sonríes así, tía Blasina? Cuenta, que yo también quiero.
   -Es que he recibido una carta de Ale, mi italianini preferido.
   -Huuuummmm...
  -No, Martina, con él mantengo casta amistad e intercambio postal clásico. Él me cuenta de las sandeces de su país y yo de las burradas del nuestro. ¿Sabes que por allí algunos llaman a Rajoy il signore Forbici?
   -...
   -El señor Tijeras. Te leo:

Hermana Blasa:
Para que veas que nuestros antepasados, por muy bestias que fueran, son, a su vez, precursores de nosotros, que en lo de bestias tampoco nos quedamos cortos, te voy a contar lo que le sucedió a un noble vasallo del Emir de los Benimerines, llamado, como no podía ser de otra forma, Alonso Pérez, o Alonso Pérez de Guzman.
Este caballero había sido enviado por su señor a cobrar los impuestos de unos rifeños nómadas, que llenos de sentido común, no tenían el menor interés en pagar impuestos a un rey cuya utilidad les resultaba un tanto arcana.
Llegó nuestro caballero a los agrestes montes del Rif y allí estaban los sujetos pasivos de los impuestos reales como si tal cosa, haciéndole ver de inmediato al señor don Alonso Pérez que por allí se va a la Meca y por el otro lado a otro sitio, que no es decoroso concretar. Así que marchando…
El Caballero montó en cólera. Desde la propia montura de su alazán, a la vez que emitía un gruñido intraducible, desenvainaba espada, picaba espuelas y su caballo se ponía al galope, seguido de otros diez mil con sus jinetes en postura semejante a la del Caballero.
Hubo un momento de sensatez en los rifeños y, en breves galopadas, se dispersaron por las montañas próximas perseguidos por los cobradores de impuestos…
Al caer la tarde, los rifeños solicitaron tregua y ambas partes se retiraron a parlamentar. Los rifeños debatieron entre ellos el pago y utilidad de sus impuestos, así como la solicitud de aplazamientos. Los guerreros de Alonso Pérez eran partidarios de matar a los rifeños y arramblar con todo lo que pudieran. Pero allí brilló la privilegiada cabeza del Caballero, que se opuso a tal matanza, pues se trataba de seres humanos en activo, considerando que si los mataban, ya no podrían pagar más impuestos, y el Emir de los Creyentes se las iba a ver y desear con los mercados, las primas de riesgo y cosas peores, con el añadido de que al propio Caballero y a su tropa les iba a resultar difícil que la Hacienda del Emir los contratara en el futuro. Los aguerridos recaudadores pensaron, meditaron y hasta comprendieron razonamientos tan alambicados como esos, y miraron con mejores ojos a los morosos fiscales. Estos, a su vez, consideraron razonables las cuentas del fisco y algunos dellos hasta presentaron obsequios personales a los caballeros.
Moraleja: Hasta el obtuso razona cuando se le explica claramente una situación…
Todo lo que te refiero, en mayor detalle, puedes encontrarlo en el “Codice istruttivo a ottuso e sciocchi”, en su Esempio XIV.
Te saludo, mi estimada Blasa:
Alexander Cotta di Malla

   -Habrá que leerlo, tita, aunque traducido, claro.
   -No, hija, la mayoría de la gente no necesitamos leer “Códice instructivo para necios y obtusos”, nos aprovecha más “Hay alternativas” y nuestro propio sentido crítico.


jueves, 3 de mayo de 2012

Economía fascista: prepotencia y despojo

   -Neofascismo, eso es lo que es, fascismo puro y duro, eso sí “lleno de humildad” y “porque no queda más remedio”. Serán... ¡Qué se puede esperar de gente que toda su vida ha pensado que la letra con sangre entra! Pues las reformas también, y si no te gustan, dos platos y como protestes, me saco el cinturón y te arreo. Así, Martina, están las cosas.
   -Y peor también, tita. ¿Recuerdas a Francisca, esa mujer menuda y vivaracha, la suegra de Antoñita, la del bar, que hacía unas tortillas riquísimas?
   -Claro, hija, no me voy a acordar... Pero desde que se jubiló ya no la he vuelto a ver.
   -Pues yo la vi ayer, ha vuelto para ayudar a su nuera. El bar se hunde lentamente, la tostada, media, la ración, media, de desayuno completo a café solo. Su nuera llora por las esquinas porque votó al PP. El cabrón de Rajoy, dice, que nos iba a ayudar a los pequeños empresarios, pero cómo, coño, ¡si está dejando a la gente en la calle y los sueldos por los suelos! Y también me contaba que clientes suyos que nunca han bebido más que un par de cervezas, ahora salen de allí piripis. Dice que ella no es sicóloga ni esas cosas, pero que muy ciego hay que estar para no darse cuenta de lo que está sufriendo mucha gente. Una señora que estaba a mi lado con un café saltó ¡es como si a mi marido le hubieran cortado los cojones de golpe! Todo el día del INEM al sofá y la tele, que ni la mira de lo mustio que está, gracias a dios que no se para en el bar.
   -Martina, y Francisca, ¿cómo está?
   -Tan diligente y lúcida como siempre, con sus 75 muy bien llevados. Ahora va, cuando puede, a un centro de adultos a aprender a leer, pero está muy preocupada, te voy a contar la conversación que tuve con ella:
   -Sabe usted, Martina, con todo esto que está pasando, tengo miedo. No sé a dónde vamos a llegar. Me recuerda cuando yo era chica.
   -Mujer, no va a haber otra guerra civil...
   -No, si no es por eso, es que me acuerdo de la hambruna de la posguerra.
   -No creo que lleguemos a esa hambruna, Francisca...
   -Es que no sé explicarme, le cuento. Cuando yo era chica, un día mi padre fue a por leña a casa de un tío mío, pero no se crea que leña de cortar árboles, leña de la que se recogía por el suelo, que él nos la daba para que tuviéramos con que calentarnos. Yo era chiquitilla y me gustaba acompañarlo. Cuando volvíamos, un guardia civil lo paró y le preguntó de dónde había sacado la leña, mi padre se lo explicó. Los papeles, le dijo el civil, y mi padre se puso a rebuscarse un papel muy dobladito que siempre llevaba, pero no lo encontró, y el guardia civil le dijo sígame, y yo trotando detrás de mi padre, asustaíta perdida. Nos hizo cruzar el pueblo de punta a punta, por la calle principal, toda la gente mirándonos, y cuando llegamos al cuartelillo le dijo a mi padre, pon ahí la leña y vete. Se quedó con nuestra leña. Cuando pienso en lo que está pasando, me acuerdo de esto que te he contado. Es lo mismo.
   -Martina, hija, Francisca no sabrá leer ni escribir las palabras prepotencia y despojo ¡pero qué bien sabe verlas! ¡Si todo el mundo tuviera sus ojos, no nos dejaríamos quitar nuestra leña!