viernes, 24 de junio de 2011

Hacienda, mon amour...

   -¡Una tromba acaba de entrar por la puerta!
  -¡Se acabó, Tía Blasina, me desmarco del 15-M!
  -¿Qué te pasa, Martina? No te veo yo a estas alturas volando con las gaviotas y ya no tienes edad de ser un capullo...
  -Nada de eso, tita, antisistema.
  -¡Hija, que no tienes edad!
  -Ah ¿no? ¿Y la colillita “aromática” que encontré ayer encima de tu mesa camilla? ¿Es que estás en edad?
  -Claro, en más edad que nunca, a Adolfo ya no se le empina en condiciones y no quiere viagra, que él es muy naturista, así que nos despertamos la sensibilidad digamos... por cauces más extensos... Uuuh, cuando pones esa cara, Martina... Aunque intuyo que no es por mí...
  -¡Por Hacienda, divino tesoro! Me hago antisistema, tita. Hacienda me penaliza.
   -¿Te han puesto una multa? Pero si estamos todavía en plazo.
   -No, tía Blasina, me lleva poniendo la multa desde hace años, a mí y a más de uno.
   -Pues no me habías comentado nada...
   -¿Te acuerdas cuando vivía mi hija en casa? Pues no podía hacer declaración conjunta porque ella no trabajaba, estaba estudiando la carrera. Sin embargo, si un hombre trabaja y su mujer es ama de casa, o sea, no recibe remuneración por su trabajo, cosa que sigue pasando mucho, sí se puede hacer conjunta, son parientes en primer grado, ¿qué pasa, mi hija y yo no? Pues sanción implícita: cuantos menos estudios tenga una persona, mejor, que los hijos de separadas y divorciadas no estudien, que curren, así se les reconocerá que forman una “unidad familiar”.
   -Martina... ya tu hija no vive contigo, ahora por fuerza la haces individual.
   -Claro, ahora sí, pero ¿y antes, qué? ¿A cotizar más por estar divorciada? ¿Es que hay que seguir casados por narices para que Hacienda te quiera?
   -Hija, Hacienda siempre nos amará profundamente.
   -Y después está lo de desgravar por alquiler. Si tienes un sueldo que no es mileurista, no desgravas; si tienes más de treinta y cinco años, no desgravas, aunque si pagas hipoteca, sí.
   -Imposible, hija, te habrían quitado el piso, te habrían puesto de patitas en la calle, nadie te querría alquilar, el banco se quedaría con tu nómina para el pago de la hipoteca y te vendrías a vivir conmigo. Como sería una convivencia imposible, generaríamos una agresividad enorme, como nos apreciamos, buscaríamos la raíz de nuestras desavenencias, concluiríamos que es Hacienda y como no tenemos dinero para contratar a un hacker de Microsoft que les reviente los sistemas informáticos, no nos quedaría más remedio que prenderle fuego a una Delegación, nos cogería la policía, nos meterían en la cárcel, nos darían celdas separadas y ya no tendríamos problemas de mutua convivencia. Así tendrías vivienda gratuita, además, hay tele en la sala común, donde podríamos ver a sus señorías contando que hay que promover la cultura del alquiler.
  -Tía Blasina... ¿la colillita de la mesa camilla es lo que estabas fumando cuando llegué?
  -¡Ah, sí...! Cómo nos ama Hacienda... Mi borrador dice que tengo que pagarle 85€ y eso que soy pensionista...
   -¡¡Tita, dame la guía de las páginas amarillas!!... D... G, H, Ha...
   -Cuando encuentres uno, dile que mi ordenador va muy lento...

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1 comentario:

  1. Que dura es la vida ¿verdad tía Blasina?, y luego dicen que Hacienda somos todos, puede, lo que pasa es que unos más que otros, o sea: los más débiles en términos económicos somos los más y los más fuertes son los menos ¡Qué dura es la vida!
    Denle ambas una caladita a la vida, o a lo que sea, y a seguir charlando, que algo es algo.

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