Los jugadores de cartas Paul Cézanne |
-Tita, ¿qué haces con esos dos naipes bocabajo sobre la mesa? Nunca he visto cartas con el reverso color de humo...
-Color de nubes de tormenta.
-Así es. ¿Qué juego es con solo dos?
-Hay más en la baraja, Martina, pero hoy son estas las que tocan.
-¿En qué consiste el juego, tita?
-En elegir un miedo.
-¡Vaya! ¿Y cómo lo haces?
-Tienes que dar la vuelta a una carta y con esa jugarás durante meses.
-¿Qué muestra el anverso?
-Voltea una.
-¡Vacuna!
-¿Te la quedas, Martina?
-No sé...
-Voltea la otra.
-Virus.
-¿Te la quedas, Martina?
-No quisiera...
-Elige: ¿miedo a la vacuna o miedo al virus?
-Apenas conozco datos de cada opción.
-Elige a ciegas.
-Eso sería azar, no decisión, tía Blasina.
-Es lo que hay sobre la mesa.
- ...
-Te vacunas, con sus riesgos como los trombos en su mayoría en mujeres, sin garantías por falta de estudios; aunque puede que no te ocurra nada enfermizo ni perjudicial, ni de inmediato ni en el futuro.
-O vivo con precauciones higiénicas y puede que no me contagie ni ahora ni a largo plazo.
-Quizás, Martina, ya estás inmunizada porque has pasado la enfermedad sin percatarte.
-O puede, tita, que me vacune y sea uno de esos casos en que ocurren efectos poco frecuentes y graves.
-O puede, Martina, que te contagies y seas uno de esos casos en que se contrae la enfermedad de forma severa.
-O puede, tita, que elija vivir sin jugar con esa baraja.
-¿Es posible desprendernos de las capas atemorizadoras en las que nos han envuelto? Vamos, Martina, elige tu miedo.
-No veo con claridad decisión buena, tita, saca otra baraja, otros naipes.
-Bien, que así sea... El nuevo juego está extendido.
-Estas son aún más oscuras y numerosas. Quiero verlas.
-Dales la vuelta.
-Manipulación emocional... Obediencia acrítica... Censura social... Docilidad irreflexiva... Coacción propagandística... Sumisión incuestionable... Condena de la criticidad: "O conmigo o contra mí"... ¿Y esta negra?
-Aún no se sabe si se incorporará a la baraja. Voltéala.
-Vacunación obligatoria. ¡¿De dónde has sacado semejantes cartas, tita?!
-Observa a tu alrededor, Martina, mira cerca y lejos, y cuéntame qué ves. ¿No aprecias cómo el desagradable color del reverso de estos naipes va permeando y desgastando?
-No quiero elegir un miedo, tía Blasina, no se puede vivir con miedo, ¡es terriblemente nocivo para la salud, enferma!
-Pues no elijas ningún miedo, querida, ¿porque te digan que tienes que elegir algún miedo estás en obligación de hacerlo?
-No..., claro.
-No juegues, ¿quién te obliga a jugar?
-¿Y tú, tita?
-Estaba a punto de tirar todas las cartas al contenedor de papel, ¿me acompañas?
-De eso nada, que son muy capaces de reciclar los miedos y volveremos a estar en las mismas.
-Bien visto, Martina, trae la olla grande a la terracita, y las cerillas.
-¿Y hacemos una quema de miedos como la Noche de San Juan?
-¡Qué así sea, Martina!
Menuda encrucijada a la que nos están sometiendo. Yo no se si saldremos (si es que salimos) más fuerte cuando esto termine, pero es posible que terminemos todos gili... Abrazos para las dos.
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