domingo, 22 de abril de 2012

“Grupo 7”, la peli de la prima Merchi

     -Tita, vengo del cine, he visto la película de donde vivía la prima Merchi. ¿Te acuerdas de quién es?
  -¿Merchi? ¿La que se vino del pueblo con su niña chiquita porque el marido la dejó por su mejor amiga y el asunto estaba en boca de todo el mundo?
  -Esa, tía Blasina, que vivía en un sitio muy cutre que hasta daba miedo.
  -Pero eso fue hace un siglo, allá por los 80 lo menos...
  -¿No recuerdas el día que fuimos a verla, que en el patio de vecinos se nos quedó mirando un hombre muy canijo con una pinta medio qué...?
  -¡¿Y que subiendo la escalera un viejo verde que bajaba te miró de arriba abajo como si te desnudara?! Claro, Martina, ya me acuerdo, que aquello parecía más que una casa de vecinos un derribo, con ese zaguán con los buzones abollados y descascarillados, y las paredes con esos desconchones, y el ventanuco de la escalera con el cristal roto lleno de telarañas...
  -¿Y que cuando llegamos al rellano de la prima Merchi, en la puerta de al lado, había un hombre enchaquetado con pinta de ejecutivo cogiendo algo que le daban por la puerta apenas entreabierta?
  -Claro que me acuerdo, Martina, que nos quedamos allí plantadas, porque la puerta de tu prima estaba tan pegada a la otra que tuvimos que esperar a que el enchaquetado huyera, ¡y la cara de susto que puso!
   -Y de mala leche, tita, que le preguntamos a la prima de qué iba aquello.
   -Sí, hija, sí, no me voy a acordar, que estaba yo abriendo los pastelitos en la mesa camilla de aquel cuadrado al que tu prima llamaba salita, con su niña pendiente de su bollo de leche y oigo un griterío en el patio de vecinos y cuando me asomo, veo a ese hombre escuálido como una calavera corriendo y a esa mujer detrás de él, blandiendo un cuchillo jamonero y gritando “¡Te voy a matá, hijo puta!” y tras ella otro hombre, estoque de torero en ristre, “¡Déjamelo a mí!”. Como para olvidarlo, Martina, que se me acogotó la risa con el miedo.
   -Pues eso no es todo, tita, en la película también sale el garito que había en los bajos de donde vivía Marcela cuando se vino a estudiar aquí. Tú no la conoces, pero la primera vez que fui a su casa, ya de noche, casi me parto de la risa porque de ese bar, que tenía una puerta entreabierta muy pequeña y de donde apenas salía luz, sí salía a todo volumen ¡música de Semana Santa, y era otoño! Marcela me dijo que era un sitio muy raro, que le daba repelús porque nunca veía salir ni entrar a nadie, ni se veía adentro más allá de una franja de decoración rojiza y abigarrada de cristos y vírgenes. ¡Y por la película me entero de que allí se vendía cocaína a gente de postín!
   -Martina, hija, esa película es una mina de sabiduría. ¿Cómo me dijiste que se llama?
   -“Grupo 7”, tita, no te la pierdas, si quieres voy contigo, y llamo a Merchi y Marcela, por si no la han visto, que se vengan y rememoren viejos tiempos.
   -Bueno, bueno, eso de viejos está por ver, que como nos están poniendo las cosas, esa miseria, que nunca se ha ido, va a parir mucha desgracia.

martes, 3 de abril de 2012

Pintoras surrealistas y pintoras expresionistas

   -¡Caguntó! Que no hay manera, ¿será posible?
   -Serénate, tita, que te van a salir las teclas por debajo de la mesa y el intro por el supermercado.
   -¡Pero tú te crees, Martina, que meto en el gugle una cosa y no me la busca y además me la cambia! Quizás quisiste decir "pintoras surrealistas y pintoras impresionistas", quizás quisiste decir... ¡pues no señor, no quise decir, digo "pintoras surrealistas y pintoras expresionistas" y punto!
   -A ver, tía Blasina... "Pintoras surrealistas y pintoras expresionistas"... Anda, pues es verdad...
   -Y ahora mete "pintoras expresionistas" solamente, verás como a la segunda o tercera página en vez de pintoras expresionistas te sale pintura expresionista.
   -... Cierto... Creo que pintoras expresionistas que hayan trascendido hay pocas...
   -¡Y qué!, ¿es que no tienen derecho a la vida internáutica?, ¿es que no hay nadie a lo largo y ancho del mundo que las haya estudiado junto a las pintoras surrealistas?... ¡Bah! y una que soñaba que la red era libre...
   -No tita, su mismo nombre lo dice: red.
   -Ya... y estas, juntas, no han caído.

"Rote Stadt"   Marianne Von Werwfkin
  

domingo, 1 de abril de 2012

Pintoras surrealistas y cielos grises

   A veces, en primavera, los cielos se tornan grises, lloran, y el suelo se embarra. Una opta por quedarse en casa, parapetada tras los cristales del balcón y llover un poco, aunque solo sea por dentro -siempre es chocante que se mojen las teclas del ordenador-. Y haraganear tristona por el sofá hojeando el libro que lleva un mes leyendo, ojeando en la tele los colorines de una serie que ni ve ni le interesa, quizá huroneando por su pantalla sideral portátil... hasta que recuerda un día en que al fondo de su madriguera internáutica encontró a las pintoras surrealistas: a Carrington, a Remedios Varo, a Leonor Fini y Maruja Mallo, algo de sí misma y algo prestado. Así que penas de nubes agrisadas se agrietan y un rayito azul celeste se cuela entre ellas.
    Pintoras surrealistas. Intro.

"Tránsito en espiral"  Remedios Varo

   Así transita alguien en las tardes húmedas de su interior, secando las aguas amargas, llegando a su centro, descubriendo que no se secó.


"Arca de Noé"  Leonora Carrington

   Y como animal bíblico sube a su propia arca, desparejada del mundo, a solas en su espiral. Y el arca a rebosar de esos animafantasmas desemparejados que pululan entre sus maderas agrietando su piel, ella-arca, y desea...

"Dos máscaras"  Maruja Mallo

   ...que dos sea uno, emparejar seco-húmedo y hacer claridad sonriente, dejar la espiral sumida en caracol, ahí, en medio, ahí...


"Heliodora"  Leonor Fini

  ...y pernoctar entre flores, para amanecer naturaleza viva, ...


"Naturaleza viva"  Maruja Mallo

             ...torbellino de vida, viento arremolinado de luces...

"Naturaleza muerta resucitando"  Remedios Varo

                       ...que funda sus alas en el fuego vital.

"Dithyrambe"  Leonor Fini