domingo, 20 de febrero de 2011

Tía Blasina, éste es tu regalo

  -¡Ooooh! ¡Gracias, Martina! Pero aún falta para el 8 de marzo...
  -No podía esperar, tía Blasina, me hacía ilusión, tenía ganas de ver tu cara cuando la abrieras.
  -¡Gracias, hija, dame un abrazo!
                          (aabraaaaaaaaaaaaaaazooooo)
  -Tita, lee la tarjeta.
  -¡Ay, sí, hija!
    "-¿Y a un recuerdo, qué le regalarías a un recuerdo por su cumpleaños?
     -¡A un recuerdo! No lo sé, a ver, déjame que piense... A un recuerdo le podríamos regalar un trozo de tiempo, para que volviese a vivir en el presente". Luis García Montero, 'Lecciones de poesía para niños inquietos'."  
  -¡Qué lindo, Martina!
                              (abraaaaazooooo y beso)
                                                 (sonrisas)

Por si sientes curiosidad, éste es el regalo:   http://tiablasina.blogspot.com/p/mujeres-que-dicen.html

miércoles, 16 de febrero de 2011

¿Qué es?

   -¡Ay, ay!
   -¿Qué pasa, Martina?
   -¡0ooh, mi oreja! Es que he sentido como si me dieran tirones de oreja...
   -Lo que me extraña es que no sientas tirones de ojos, llevas unos días que no paras de leer folios y folios, ¿en qué andas metida?
   -En un regalo.
   -¿Para quién?
   -Para nosotras.
   -Pero si tú estás en el regalo no es para ti.
   -Sí, mientras que lo preparo me lo estoy regalando. Además, nosotras es, somos, las mujeres.
   -A ver, Martina, un regalo para nosotras las mujeres y que tiene mucho trabajo.
   -Caliente, caliente...
   -Papeles, letras, palabras... luego ideas, sentimientos y pensamientos... ¡Uy qué peligroso!
   -Ajá.
   -Dame más pistas, Martina.
   -¡Ya lo verás, tita! Ahora déjame seguir con lo mío.
   -Vale, hija, te dejo, pero dime ¿Martina-ordenador-sentimientos-palabras-pensamientos-mujeres...
   -Tita que te quedas sin regalo...
  

jueves, 3 de febrero de 2011

La primavera comienza en diciembre

   -Tía Blasina, llevas toda la tarde callada. ¿Qué ocurre?
   -El comienzo de la primavera, que es una fuerza arrolladora, que a veces desequilibra, desasosiega, agota.
   -Apenas ha comenzado febrero, tita.
   -Lo sé, Martina, sin embargo la vida bulle bajo la vida y eso, a veces, trastorna, y si la luna se esconde o luce redonda, más. ¿Recuerdas ese pasaje de "La montaña mágica" en que se sostiene que el solsticio de diciembre es el comienzo de la primavera pues los días dejan de menguar y comenzarán a crecer? ¿Te has fijado en que ya hay plantas con minúsculos brotes en sus ramas y tallos, en que algunos insectos se han despertado de su letargo y comienzan a vagar como despistados, como haciendo memoria de dónde estaban sus alimentos del año anterior?
   -Todo lo que me dices es más razón de alegría que del ánimo en que te veo, tita.
   -Sí y no, Martina. Cuando la sangre rebulle y renueva, los huesos de los viejos requiebran, los corazones cansados temen sus propios latidos y los espíritus inestables caminan sobre un hilo de araña. Antes de que se manifieste todo el alborozo de la primavera hay que pasar por esa oscuridad preparatoria.
   -¿Te duele algo, tía Blasina? ¿Te encuentras mal?
   -Un poco, sí, me duele que al nieto de Jerónimo, un muchachito todavía, lo hayan tenido que ingresar por un brote esquizoide y Lucía, la costurera, que hace un año cayó en una depresión grave, está reinando día sí día no sobre sus fantasmas.
   -Estamos en un precioso parque, tita, mires donde mires ves árboles enormes, plantas y flores preciosas ¿cómo te pones a pensar en esas cosas?
   -Precisamente mirando esos añejos árboles es cuando más siento que los que menos hemos aprendido a respetar los ciclos de la vida-muerte-vida somos los humanos y que así nos luce el pelo.
   -A ti blanco, tita, de tanto cavilar.
   -Y a ti caoba bote, Martina, de tanto disimular.