Queridos
y queridas enclaustrados y enclaustradas, confinados y confinadas,
encerrados y encerradas, recluidos y recluidas, aislados y aisladas
(tenéis tiempo de sobra, no os quejéis porque me alargo, cultivad
la paciencia):
Estos
consejos os los ofrezco con mucho cariño, aburrimiento, resoplidos y
los ojos ya saltones y requemados de tanto mirar pantallas.
Lavarse las manos amorosamente:
1.-Coja
la pastilla de jabón y abrácela entre sus manos bajo un leve
chorrillo de agua.
2.-Una
vez cerrado el grifo, cierre también los ojos y deslícela,
rodéela..., en resumidas cuentas, magréela con parsimonia
visualizando la parte corporal que más sugiera a sus deseos.
3.-Suelte
la pastilla de jabón antes de desgastarla por completo y concéntrese
ahora en acariciar pausadamente sus manos por todas partes, como
haría si fuera... lo que está viendo en su libidinosa mente.
4.-En
nuestras caricias y magreos no debemos olvidar ningún rincón por
escondido que se encuentre, así pasamos a frotar con delicadeza y
diligencia los pliegues entre los dedos cual clítoris o pepitillas
sandungueras fueren. Una vez que nos hemos recreado en ellos e
incluso gemido un poquito pasamos a...
5.-Hacerle
una pajilla a cada uno de nuestros dedos sin olvidar frotar
adecuadamente la punta.
6.-Y
ahora que llegamos al clímax de nuestro lavado, abrimos el grifo que
suelte un buen chorro de humedades y aguas.
Recomiendo
secarse posteriormente para no pillar cándidas.
Subirse por las paredes
Hasta entonces, Salud y ...